LA RELEVANCIA DE ESCUCHAR MÚSICA PARA LA SALUD MENTAL
Estephano Garrido Ortiz, Psicólogo +56981461998.

“Escuchar música, cualquiera sea, es una actividad tanto profesional como recreativa, y que colabora en varios estímulos importantes del cuerpo.”
“Los tipos de música que uno escucha, colaboran en diversas funciones cerebrales acorde a lo que podemos estar haciendo, por ejemplo, la música clásica sirve para poder concentrarse…el Jazz colabora en el sentido del relajo… el blues y el tango fomentan recuerdos lindos y de tristeza… el rock entrega actitud…los estilos más caribeños potencian la felicidad y la producción de serotonina.”
“La música permite tener una constante plasticidad cerebral, lo que quiere decir que abre nuevas vías neuronales, lo que se traduce en mejorar nuestra capacidad de adaptación a diferentes circunstancias.”
“Socialmente hablando, la música también se entrega en espacios de cohesión, un concierto, por ejemplo, es una catarsis colectiva de muchas personas que sienten pasión por lo mismo.”

La vida en general, es una experiencia sensible. Y como soporte de esta teoría, es que nuestro cuerpo cuenta con varios sentidos que nos permiten percibir el mundo en sus diferentes aspectos. El olfato, por ejemplo, es nuestro primer sentido en desarrollarse, y nos acompaña a lo largo del ciclo vital, memorizando cosas con emociones, lo que es su especialidad. Otra curiosidad es que la mayoría de las personas a medida que envejece, pierde la agudeza de su olfato, más no su totalidad, pero lamentablemente, no nos damos tanta cuenta de ello. Por otro lado, el gusto tiene la curiosidad de ser un sentido que constantemente se va renovando a medida que vamos viviendo, y esto nos permite adaptarnos, conocer y re conocer variados sabores, el gusto no siempre es el mismo, crece al igual que nosotros. En otra vereda tenemos la visión, que, para un gran porcentaje de la humanidad, es sin duda, el sentido más importante, porque nos permite ver el mundo en su originalidad y también entender muchas cosas que no lo haríamos si este no existiera; nos permite ver las intenciones de los demás, y los peligros que se cruzan frente a nosotros. El tacto es también relevante, nuestro cuerpo está cubierto completamente por este sentido y nos indica cosas muy relevantes, como las temperaturas, lo alérgico y lo doloroso, además, colabora en que podamos conocer texturas y formas al tocar, lo que trabaja una memoria constructivista en nuestra mente.
Pero, ¿nos hemos preguntado que tan importante es el sentido auditivo?, quizá la mayoría respondería que sí, que todos sabemos que escuchar es importante. Pero este sentido no solo es relevante para poder entender a los demás, reconocer las advertencias, identificar cosas a la distancia o tener un buen equilibrio. Hay una cosa aún más importante, con él, podemos escuchar música. Y acá es donde nos detendremos para preguntar ahora ¿qué tan importante es la música en la salud mental de las personas?
Bueno, partamos de lo más básico a lo más complejo. Escuchar música, cualquiera sea, es una actividad tanto profesional como recreativa, y que colabora en varios estímulos importantes del cuerpo. Es por eso que uno de sus aspectos más relevantes es que permite tener actividad física. El ritmo le da una influencia al cuerpo que tiene a generar movimiento y querer moverse, bailar, cantar, imitar o tocar un instrumento. Además, no solo hay respuestas kinésicas, también hay respuestas cognitivas.
La música permite tener una constante plasticidad cerebral, lo que quiere decir que abre nuevas vías neuronales, lo que se traduce en mejorar nuestra capacidad de adaptación a diferentes circunstancias, además de desarrollar más talento para organizar cosas, para organizarse internamente e invitar también a la reflexión.

Por otro lado, tiene respuestas desde la cognición; áreas como la memoria son directamente afectadas por la música, el hipocampo responde a estímulos que generan despertares emocionales en los demás, es por ello que la música nos transporta a otras eras, a años pasados, a personas y lugares, y es ahí donde realmente podemos encontrarnos con las cosas que amamos y extrañamos. Este tipo de memoria se conoce como “memoria episódica”.
La amígdala también es una arista biológica que tiene influencias psicológicas, puesto que acá es donde se desarrollan las emociones, independiente de sus intensidades. Esto ratifica el punto anterior, al oír música podemos sentir, por ejemplo, diferentes grados de empatía. También puede ser un sentido de identificación, lo que despierta inevitablemente, emociones que nos pueden llevar a conmovernos, alegrarnos o deprimirnos.
Los tipos de música que uno escucha, colaboran en diversas funciones cerebrales acorde a lo que podemos estar haciendo, por ejemplo, la música clásica sirve para poder concentrarse, al igual que los ritmos Lo-fi. El Jazz por otro lado, colabora en el sentido del relajo. El blues y el tango fomentan recuerdos lindos y de tristeza. El rock entrega actitud. Los estilos más caribeños, como la cumbia, la salsa, la bachata o el merengue, potencian la felicidad y la producción de serotonina.
Inevitablemente nuestro cuerpo se siente atraído a la sensación auditiva de la música, puesto que, al reproducir cualquier canción, el cuerpo libera óxido nítrico, esto explicaría porque la música relaja, puesto que este óxido es un vasodilatador, y con ello, nuestro torrente sanguíneo funciona con mayor calma y mejor flujo, logrando efectos tranquilizantes.
Socialmente hablando, la música también se entrega en espacios de cohesión, un concierto, por ejemplo, es una catarsis colectiva de muchas personas que sienten pasión por lo mismo. En otras ocasiones, un himno puede entregar sobriedad a una situación, y con ello inspirar orgullos patrios, tener conductas de solemnidad e interpretación.
Nos acompaña, además, durante toda nuestra vida. Muchas personas que están en camino a ser padres, usan música para estimular la panza de una embarazada. Hay música que suena constantemente en nuestros cumpleaños, que animan ciertas actividades sociales como navidades, años nuevos o fiestas culturales. También se usa en ceremonias religiosas como las misas, los matrimonios, bautizos, primeras comuniones o en proclamaciones públicas. Incluso, nos acompaña en nuestros propios procesos y etapas, como los enamoramientos, las pérdidas y los desahogos.
Cuando lo vemos así, tan seriamente, nos podemos percatar de la importancia real de la música en nuestras vidas y lo importante que es no dejar de escucharla. Darnos espacios dentro de nuestra cotidianeidad para oír nuestros cantantes o bandas favoritas, nos permitirá no solo mantenernos estimulados física o psicológicamente, si no que también nos entregará un sentido de pertenencia a lo que hemos sido y lo que somos actualmente. Nos liberará las endorfinas necesarias para poder sentir bien, y, por sobre todo, nos hará darnos cuenta siempre, de lo importante que es el sentido de la audición para convivir con la música, que nos ayuda siempre y mucho, a soportar el crudo mundo en el que vivimos.