SALUD
LA IMPORTANCIA VITAL DEL SUEÑO EN LA TERCERA Y CUARTA EDAD

Dormir bien no es un lujo, es una necesidad fundamental que se vuelve aún más crítica con el paso de los años. Para las Personas Mayores de 65 años y más, mantener una buena calidad de sueño representa uno de los pilares más importantes para preservar la salud física, mental y emocional durante el proceso de envejecimiento.
La investigación científica ha demostrado consistentemente que tener buenos hábitos de sueño evitan que la Persona Mayor se sienta irritable, tenga problemas de memoria, somnolencia diurna, depresión, fatiga crónica, entre otros. Esta realidad cobra especial relevancia cuando consideramos que los trastornos del sueño afectan a una proporción significativa de la población mayor, impactando directamente su calidad de vida.
Los cambios naturales del sueño con la edad
A medida que envejecemos, nuestros patrones de sueño experimentan transformaciones naturales que es importante comprender. Según MedlinePlus, sitio de la Biblioteca Nacional de Medicina de los EE.UU, se despiertan con más frecuencia durante la noche y se levantan más temprano por la mañana. El tiempo total de sueño se mantiene igual o disminuye ligeramente (6.5 a 7 horas por noche).
Estos cambios son parte del proceso normal de envejecimiento, pero no significa que las Personas Mayores deban resignarse a un sueño de mala calidad. La Organización Mundial de la Salud (https://www.who.int/es) establece parámetros claros sobre las horas de descanso necesarias, y aunque establece que un adulto debe dormir entre 7 y 8 horas diarias, para las Personas Mayores de 65 años, indica que necesitan alrededor de 7-9 horas de sueño nocturno.
La privación del sueño en la tercera y cuarta edad tiene consecuencias que van mucho más allá del simple cansancio. La OMS considera que dormir mal puede alterar el funcionamiento correcto del organismo y también puede provocar que se generen dolencias que puede prolongarse a lo largo del tiempo.
Los efectos negativos incluyen:
- Problemas cognitivos como dificultades de concentración y memoria.
- Alteraciones emocionales que pueden derivar en depresión o irritabilidad.
- Consecuencias físicas como el aumento del apetito y la reducción de la capacidad de respuesta del sistema inmunológico.
Estrategias prácticas para mejorar el sueño
Afortunadamente, existen múltiples estrategias respaldadas por la evidencia científica que pueden ayudar a los adultos mayores a mejorar significativamente su calidad de sueño:
- Hábitos alimentarios y de hidratación
Los especialistas recomiendan limitar la ingesta de líquidos por la tarde. Evitar las bebidas que contienen cafeína o teína después del mediodía. Evitar también el alcohol y el tabaco desde varias horas antes de dormir. Estas medidas ayudan a prevenir las interrupciones nocturnas del sueño y favorecen un descanso más profundo.
- Higiene del sueño
Establecer rutinas consistentes es fundamental. Los especialistas geriatras recomiendan que la mayoría de los adultos necesita dormir al menos siete horas o más cada noche, y esto se aplica especialmente a las Personas Mayores que requieren mayor regularidad en sus horarios.
- Precauciones con medicamentos
Un aspecto crucial es la gestión adecuada de los medicamentos para dormir. MedlinePlus advierte que se debe evitar en lo posible el uso de pastillas para dormir. Estas pueden producir dependencia y, con el tiempo, llevar al empeoramiento de los problemas de sueño si no se utilizan bajo supervisión médica adecuada.
Un sueño reparador en las Personas Mayores no solo mejora el estado de ánimo y la capacidad cognitiva, sino que también fortalece el sistema inmunológico, mejora la regulación hormonal y contribuye a la reparación celular. Como señala el Ministerio de Salud: dormir bien mantiene un óptimo estado físico, emocional y mental.
¿CUÁNDO BUSCAR AYUDA PROFESIONAL?
- Es importante reconocer cuándo los problemas de sueño requieren atención médica especializada. El insomnio crónico, que lo llega a sufrir un 10% de la población, puede ser indicativo de condiciones subyacentes que requieren tratamiento específico.
- Los síntomas que justifican una consulta médica incluyen dificultad persistente para conciliar el sueño durante más de 30 minutos, despertares frecuentes durante la noche, despertar muy temprano sin poder volver a dormir, y somnolencia excesiva durante el día que interfiere con las actividades normales.
¿POR QUÉ ES IMPORTANTE DORMIR?
El Instituto Chileno de Neurología detalla la importancia del sueño en la vida de las personas:
- El sueño es vital para la salud de la persona, el no dormir implica mayor riesgo de enfermedades graves, tales con infartos al corazón, accidentes vasculares cerebrales, obesidad, diabetes y cáncer, por nombrar solo algunos.
- El sueño se encarga de reparar todo el desgaste diurno, permite la “limpieza” cerebral de productos de desecho de las neuronas, que se relacionan con la prevención de demencias como el Alzheimer. Regula la producción de numerosas hormonas, tales como la del crecimiento, la insulina, que regular el azúcar y numerosas hormonas que regulan el apetito. Por eso el dormir mal se asocia a un aumento progresivo de peso y mayor riesgo de obesidad.
- El sueño profundo y reparador, permite mejorar y consolidar la memoria, optimizando los niveles de atención y concentración, generando así un adecuado rendimiento diurno.